La animación todavía es un género poco valorado por el público en general. Esta es una de las conclusiones a las que llegaron Carlos Baena, Enrique Vila y Rodrigo Blaas, los tres animadores españoles que participan de 'WALL-E'. "Es una batalla campal ganar al público", confesó Baena. El trío presentó la película, que se estrena el 6 de agosto, hoy en Madrid.
A pesar de incuestionables éxitos taquilleros del estudio como 'Ratatouille', 'Buscando a Nemo' y 'Monstruos S.A', hay quien considere la animación un género "menor". "El medio de la animación es tan potente como cualquier otro y puede aportar muchas cosas nuevas, además de estimular evoluciones en el cine", defendió Rodrigo Blaas.
'WALL-E', la novena película de Disney y Pixar Animation Studios, tiene todos los requisitos para seguir el mismo camino de éxito de sus antecesoras, debido a las excelentes críticas en el exterior. Y aún cuenta con un diferencial: Está siendo vista como un hito en la historia de la animación a la raíz de una serie de factores novedosos. La manera cómo es contada la trama y el fuerte mensaje ecológico que participa de toda la historia son alguno de ellos.
Ambientada en un futuro no muy lejano, la obra cuenta la historia de WALL-E (abreviatura para 'Waste Allocation Load Lifter Earth-Class'), un robot que lleva cientos de años programado para limpiar la Tierra, compactando la basura dejada por los seres humanos que abandonaron el planeta para vivir en la gigantesca y lujosa nave-crucero espacial 'Axioma'.
Sin embargo, tras 700 años de soledad (los humanos se olvidaron de apagar únicamente a WALL-E), el robot ha desarrollado una personalidad. Contando con la única compañía de una cucaracha, WALL-E llena todos los días cubos de basura, desactivando artefactos y reuniendo toda suerte de objetos (como un cubo de Rubik, una bombilla, una cuchara dentada) para almacenar en el camión que llama de hogar. Toda su rutina de coleccionador solitario cambia con la llegada de EVA, un moderno robot enviado para una misión secreta, que se va a convertir en el objeto de pasión del anticuado WALL-E.
Además del mensaje ecológico implícito en la historia (que muestra un planeta Tierra totalmente devastado, infértil, asombrado por tormentas causadas por la polución), 'WALL-E' cuenta con innovaciones en el guión. Empieza de una manera arriesgada, con cerca de 45 minutos de escenas prácticamente sin diálogos. "No veíamos esta opción como un riesgo. Es importante salir de la zona de confort' en que se encuentran las animaciones actuales y que la gente salga recompensada por ver algo distinto a lo que estamos acostumbrados", explicó Vila, especialista en efectos de fuego, nubes, polvo y colisiones.
Además, los tres animadores estaban de acuerdo que escenas sin diálogos son un desafío aún más grande para los creadores. "Teníamos que buscar humanidad en los robots", contó Blaas, "pero sin olvidar que son máquinas", completó Vila. "Lo difícil es crear la interpretación y convencer que es verdadera. Es muy diferente animar y hacer parecer que está vivo", añadió Baena. Películas mudas de Charles Chaplin y clásicos de la ciencia-ficción como 'La guerra de las Galaxias' sirvieron de inspiración a los creadores.
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